lunes, 21 de febrero de 2011



Fuera del desierto tenia que hacer un esfuerzo para adaptarme a una vida normal donde habia de todo, con un poco con solo disponer de un poco de dinero. Pero el tiempo pasaba muy deprisa y otra vez al desierto. Volvia a sentirme importante, era el radiotelegrafista, el único que podia comunicarse con el mundo esterior. Y ademas se me daba muy bien el código morse.

sábado, 3 de mayo de 2008

martes, 4 de diciembre de 2007

Que tiempos aquellos


Años sesenta en algún lugar del desierto de sahara. Así pasé más de cuatro años de juventud. Recorriendo el desierto de norte a sur y de éste a oeste, en unas condiciones de vida muy dificiles de superar, pero entonces tenia juventud e ilusión. Para mi no existia ni miedo, ni problemas,ni preocupaciones, en lo único en que pensaba era en volver al Aaiun para poder comer dos huevos fritos con patatas. Tambien podiamos comer carne de camello más joven que el comiamos habitualmente, ducharnos con un cubo de agua y disfrutar de la luz electrica hasta las 11 de la noche. Se me olvidaba, tambien podiamos escuchar la radio colocando una bobina encima del transsistor. Una verdadera gozada

domingo, 18 de noviembre de 2007


Aqui estoy con mi Platero particular. El tiene cosas que yo envidio, fuerza y nobleza. La inteligencia no la hemos podido comprobar, aunque hay opiniones para todos los gustos.

Rompiendo el hielo

Soy un hombre muy feliz, porque despues de ocho años sin poder andar, he vuelto a hacerlo. Sin entrar en detalles diré que un doctor cardiologo encontró el motivo que me impedia hacerlo. Tambien es verdad comprobar que ésto podia haber ocurrido hace ocho años y mi vida no hubiera pasado por momentos muy dificiles, hasta que al final te resignas a quedarte "cojo" para toda la vida sin caer en una depresion.
Pues ya llevo aproximadamente un mes andando e incluso ayer sábado me atreví a participar en una pequeña escursión de senderismo en el termino municipal de un pueblo muy bonito y muy especial para este tipo de actividades Ohanes en Almeria. La lectura positiva de éste pequeño relato, pero de una gran importancia para mi es; que nunca hay que perder las esperanzas y siempre hay que estar dispuesto a saber a preguntar y a probar.